La mejor lucha libre es la de México

La mejor lucha libre es la de México

Por David del Toro

No hay mejor sesión terapéutica que asistir a la mejor Lucha Libre del mundo, la mexicana. Ya sea que estés alentando a "los técnicos" o a "los rudos" los dos grandes equipos, ya sea que seas un fanático de la escuela de El Santo o de El Cavernario, la catarsis inmediata que sucede cuando expresas tu opinión en la Arena, es mucho mejor valorada médicamente que cualquier pastilla que te genere serotonina.

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Hay cero corrección política que debes mostrar frente al oponente de tu luchador favorito y a su vez, lo único que podría terminar con el folclor de las arenas en la Lucha Libre es el inevitable nacimiento de la "generación de cristal". México es arte, circo, fuerza y resistencia, por eso los nativos se identifican tanto con su Lucha Libre, aunado a la mística que la rodea al reservar la identidad de sus luchadores detrás de una máscara, lo que hace que la imaginación de los niños se desborde y equipare a los ídolos del ring con los superhéroes.

La lucha libre mexicana ha generado decenas y decenas de ídolos heroicos, sería imposible nombrarlos a todos en este momento. Me voy a centrar en los que marcaron mi infancia, porque este deporte está dirigido a los niños, a los que tienen una edad temprana y a los que con muchos años se niegan a crecer..

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Carmelo Reyes Cien Caras, Atlantis, Lizmark, Octagón, El Rayo de Jalisco y El Perro Aguayo entre otros me enseñaron lo que era la lucha libre en los noventa y por qué no tenía rival en el mundo. Con arenas abarrotadas en todo México, rivalidades que brillaban en las marquesinas, sangre, sudor y horario estelar en la televisión mexicana junto a famosas películas.

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¿Qué sería de México sin su folclore? Único y añejo en las Arenas de la República Mexicana, desde la monumental Arena México hasta la más humilde. No importa el recinto, la experiencia comienza con la "venta, venta" de la gente en las calles que trata de ganarse la vida cuidando los lugares para su auto, las filas que nunca se respetan al comprar los boletos, por la piratería en la mercancía de las máscaras y disfraces de los ídolos del pancracio, la cerveza caliente que inunda a las multitudes, los cacahuates, "cueritos" , papas y el humo del cigarro por doquier. ¿Qué sería de México sin su folclore? 

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Que viva la mejor Lucha Libre del mundo, la mexicana.