Estilo de vida

Trucos para la vida cotidiana

¿Qué hay para cenar? Pan Dulce.

Panaderías mexicanas

por Graciela Lozano

¿A qué hora te vas para Pan? Esta es una vieja expresión muy mexicana, que aún se utiliza en la actualidad y se refiere a la hora en que una muchacha bonita iba a la panadería durante la tarde; ésta era la única oportunidad que tenía su pretendiente de verla, cuando la mandaban a comprar pan.

Conocí a mi bisabuelo cuando era pequeña. Tuve la suerte de tener a mi abuelo hasta bien entrada la treintena, y mi padre se ha convertido ya en un anciano sabio, pero ¿qué tiene eso que ver? Bueno, durante las últimas 3 generaciones, todas las noches el pan dulce y un vaso alto de leche han estado en el menú de la cena, no sólo en mi casa sino también en miles de otras familias mexicanas. 

Esta es una tradición que heredamos cuando los españoles se establecieron en México, ya que los españoles introdujeron el trigo en la Nueva España. No fue sino hasta los siglos XVII y XVIII, cuando los inmigrantes franceses e italianos trajeron más variedad y nuevas técnicas, que las panaderías dejaron de producir sólo pan al estilo español y se popularizó el pan dulce o la repostería. Con la mezcla de culturas, se elaboraron manjares clásicos y atemporales que, a día de hoy, podemos encontrar en panaderías de todo el país. Cuando vamos a la panadería, no sólo compramos "pan dulce" sino que también compramos recuerdos y añoranzas.

Pero, ¿por qué cenar el postre? Usted y muchos otros se lo han preguntado, y la respuesta es sencilla: es una tradición, y es una tradición deliciosa. La única manera de hacerlo todas las noches es olvidando la cantidad de carbohidratos y azúcar que estás alimentando a tu cuerpo justo antes de acostarte, es como si no contara. Con esta mentalidad, comer "pan dulce" también ha llegado al desayuno, donde en todos los lugares a los que vas te lo sirven como acompañamiento de un café o un chocolate caliente. Si conoces a un mexicano, pregúntale cuál es su "pan dulce" favorito, y te aseguro que todos los dedos de sus manos no serían suficientes para contarlos. 

Entrar en una panadería de barrio es como cruzar el umbral hacia otra dimensión. Todo comienza con el escaparate que da a la calle, una gran ventana que te separa de la tentación. Una vez dentro, te golpea de repente el olor a pan fresco, olores dulces que se mezclan con el calor de los hornos. Entras, miras a tu alrededor y ves cientos de pasteles artísticamente dispuestos en bandejas rectangulares de aluminio, en estanterías de tres pisos, de pared a pared, en 3 de las 4 paredes de la panadería. Lo primero que tienes que hacer es localizar dónde están las bandejas y las pinzas; una vez localizadas, es el momento de echar un vistazo a cada una de las estanterías para coger y saborear en tu mente cada una de las piezas que vas a poner en tu bandeja. Ahora es cuando comienza tu dulce viaje .......

Puerquitos de piloncillo, chilindrinas, donas, empanadas de piña, de cajeta, de guayaba, de leche, de fresa, de manzana, de membrillo, conchas de vainilla o de chocolate, roles de canela, ojos de buey, polvorones, picones, cemitas, moños, cuernitos rellenos de cajeta o de crema, orejones, pan de elote, turrones de colores con bolitas arriba, torrejas, bísquets, mantecados, niño envuelto, galletas de grajeas, besos, bigotes, piedras, cuernos, garibaldis, coyotas, rehiletes, cocoles y mucho más - pero un consejo rápido, ve antes de la hora punta o no te quedarán muchas opciones. 

Pero, ¿cómo elegir? Pinzas y bandeja en mano, tienes dos opciones: eliges con el corazón o con el estómago. Compras el que te gusta, el que le gustaba a tu madre, el que le gusta a tus hijos, pero también el que le gusta a tu pareja, el que se te antoja, el que acaba de salir, y también compras para mañana desayunar con el café de la mañana. Así, cuando llegas a la caja, te encuentras con una gran montaña dulce de bollería. Todo merece la pena. 

La fidelidad a la pastelería no siempre se debe a la proximidad. La mayoría de las veces, la gente se desplaza para encontrar el mejor sabor y la mejor calidad de los pasteles. Está la parte de presumir, ¿quién conoce la mejor panadería de la ciudad? Si vas de viaje a Jalisco, o a cualquier parte de México, encontrarás muchas panaderías, pero es muy recomendable preguntar por la mejor. "Oye, amigo ¿dónde puedo encontrar la mejor panadería de la ciudad?".

Créeme, la gente te dará más de una opción. Pero si vas a Guadalajara, en el barrio de Santa Teresita hay una panadería frente al mercado que es popular por hacer el mejor pan de elote de la zona. La gente hace una fila de tres cuadras. Unas cuadras más abajo, en la calle Ramos Millán, hay otra panadería que x hace unos pasteles realmente increíbles. En el barrio de Analco, detrás del Orfanato Cabañas, en el centro de Guadalajara, hacen piezas exquisitas que la gente espera durante horas para conseguir. También hay panaderías más modernas y experimentales por la ciudad que vale la pena probar. El caso es que la vida puede ser a veces agria, ¿por qué no hacerla dulce con unas pastas, un vaso de leche y la compañía de tus seres queridos? 

Y tú, ¿a qué hora sales a por el pan?




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