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La Flor de la Muerte se llama Cempasúchil

La Flor de Los Muertos: CEMPASÚCHIL

Por Mónica Belén



Qué hermosa flor asoma desde el altar de los muertos, rebosante de vida entre tanto resplandor de muerte, conduciendo a las almas al lugar preparado para su fiesta anual, naranja, roja, hermosa ave de mil alas, parece fuego a la vista y terciopelo al tacto. Su aroma anuncia el momento en que ELLOS regresan y la esencia perenne del amor por los que se han ido. Tal es la belleza de la Cempasúchil la flor de "muchas flores juntas" en su nombre guarda esta esencia: viene del náhuatl cempoalli que significa muchas o 20, Xóchitl es flor. Detrás de ella hay una historia de amor azteca.

foto de @lugardeaguacates


Xochitl era una joven hermosa, su larga cabellera negra le llegaba a la cintura de su hermosa figura, su piel oscura, sus ojos negros brillaban como estrellas, Huitzilin un joven guerrero azteca de hombros anchos y andar atlético, ambos se profesaban un dulce y sincero amor desde niños. Solían verse por las tardes después de que Huitzilin terminara sus tareas en el Calmécac (escuela para guerreros y nobles) y se dirigían a la montaña donde había un templo dedicado a Tonatiuh, el dios del sol, al que ambos adoraban con devoción.

Un día Huitzilin le juró amor eterno a Xochitl teniendo a la montaña como testigo, ella hizo lo mismo, con Tonatiuh como testigo sellaron su compromiso, pasó un tiempo y estalló la guerra con otros pueblos, Huitzilin como guerrero tuvo que ir a defender los dominios del Imperio Azteca, no se sabe en qué dirección corrió, tomó las manos de su amada y prometió regresar para casarse. Xóchitl esperó mucho tiempo, pero él no regresó. Desesperada, Xóchitl lo buscó en tierras lejanas durante cuatro largos años hasta que un día se enteró de que había muerto en la batalla. "No llores niña, él ya está en el Tonatiuhichan (el cielo de los guerreros) junto al sol" le dijeron.

Ella sabía que de ser así nunca podrían estar juntos, sólo los guerreros podían entrar en ese cielo, nadie más. Entonces sucedió que en su tristeza imploró al dios del sol, Tonatiuh, que le permitiera estar con él, pasaron días y noches de súplicas, los gritos de dolor llegaron al corazón del sol, conmovido la bañó con sus rayos fulminantes, con ternura y amor, su llanto cesó, su piel se iluminó y se transformó en una hermosa flor que guarda en su interior los colores del propio sol. Al mismo tiempo un colibrí salió a su encuentro, era su amado, que como guerrero muerto en batalla se había convertido en esta hermosa ave después de haber cumplido su tiempo en el cielo de los guerreros. 

foto de @sussietattoo

Es así como la flor de Cempasúchil se convirtió en el emblema de la tradición del Día de Muertos en México, porque nos recuerda que el AMOR VENCE A LA MUERTE.




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